La Cuarta Republica

Correo politico, economico y literario de Monterrey

miércoles, diciembre 20, 2006

ESTRATEGIA INTOMIDATORIA

Estrategia intimidatoria
Javier Corral Jurado
19 de diciembre de 2006

En su burdo estilo de manipulación informativa, Televisa y TV Azteca han dedicado, del 21 de noviembre al 16 de diciembre, 57 notas en sus noticieros estelares para atacar al empresario Isaac Saba. Lo han acusado hasta de ser el responsable de varias muertes: "Y sólo hay un culpable, al que le importa poco el fallecimiento de algunos mexicanos"; "en su ambición por extender su poderío económico, Casa Saba no tiene contemplaciones".

La campaña inicia el mismo día en las dos televisoras. Casi a la misma hora ambas anuncian "una serie de especiales" sobre un descubrimiento "sensacional": el monopolio en la distribución de las medicinas. Simples conductores, López Dóriga y Javier Alatorre ejecutan el guión con lealtad canina. Luego involucran a todos los conductores de sus programas de noticias, los vuelven de trapo. La serie se llama Morir sin remedio. La entrada: "Miles de familias pobres de la República ven a sus padres, hijos, hermanos morir sin remedio, porque no tienen dinero para los medicamentos especiales". Lágrimas reales se le arrancan a un padre que sufre por su hija enferma de cáncer, continúa el juicio sumario.


Esa campaña no sólo trata de desprestigiar al viejo Saba Raffaul por atreverse a solicitar el 21 de septiembre de este año abrir un proceso de licitación para una tercera cadena de televisión; también busca desalentar al gobierno y al mismo presidente Calderón en esta etapa inaugural de su administración. Es una estrategia intimidatoria para que la piense el que pretenda meterse con ellos. El mensaje fue amplio, y el gobierno no tardó en responder ofuscado, de mala manera.


Luis Téllez, titular de la SCT, descartó el viernes 15 que por ahora se tenga la intención de abrir la televisión a una real competencia en el ámbito nacional. En estricto sentido, el secretario Téllez no dijo directamente que no habrá una tercera cadena de tv, pero lo insinuó. Sus términos desechan la idea que dentro del plan de concesionamiento ofrecido por el Presidente dentro de sus 100 primeros días esté la tercera cadena; dijo que en esa oferta de campaña "no se habla de tercera cadena", lo que se estudia son concesiones para algunas ciudades.


Si sólo de sus palabras hacemos un análisis, se trata de una interpretación muy reducida, y un tanto fullera, de ese programa de campaña. Es claro que ningún candidato iba ofrecer en plena contienda oponerle una competencia al duopolio televisivo. Por el contrario, la campaña fue el espacio y el momento en el que se concretó la mayor cesión de espectro y de todo tipo de privilegios al duopolio a través de la Ley Televisa.


Es fullera porque trata de traducir la identificación de ciudades susceptibles de ser atendidas con nuevos servicios de radio y/o tv sólo con estaciones de estricto carácter local, o redes fragmentadas por regiones. Una declaración que no concibe el espectro disponible para fortalecer lo local y abatir el duopolio.


No debe soslayarse, y es lo que ha hecho Téllez, que una de las principales demandas sociales y de los sectores más informados del tema es acotar el carácter duopólico de la televisión. Esa concentración es uno de los mayores desafíos para la democracia y la pluralidad política del país. Genera abusos y prepotencias como las que hemos presenciado en los últimos días.


La concentración de las frecuencias de tv abierta en México no tiene parangón en otra parte del mundo. Excepción de imposible defensa en el mundo democrático y en las reglas de la competencia, nuestro país causa estupor en el exterior: Televisa y TV Azteca acaparan 80% del espectro comercial. La empresa de Emilio Azcárraga tiene 243 canales, y la de Ricardo Salinas 179. La primera tiene cuatro redes abiertas desde la capital del país, y la segunda dos. Controlan contenidos y se llevan 99.4% del gasto publicitario en televisión abierta, que representa 58% de toda la inversión en medios, algo así como 25 mil 984 millones de pesos.


Pensar que sólo con medios locales se enfrentará esa concentración es medio pensar. La experiencia internacional así lo indica. El camino que otros países siguieron fue acotar en primer término los monopolios y los duopolios; luego establecer límites de audiencia, frecuencias y publicidad, junto con fuertes restricciones a la propiedad cruzada de medios.


¿Qué red regional podría competirle a la concentración Televisa-TV Azteca, con las condiciones de mercado y de propiedad cruzada que hoy tienen? ¿Con la ausencia de reglas de competencia en la materia? ¿Con el órgano regulador bajo su cooptación? ¿Tomadas las principales comisiones del Congreso por ellos? Es un medio pensar bastante ingenuo.


En el caso de nuestro país, hay espectro para la ruta de abatir el duopolio y democratizar regionalmente las comunicaciones. No hay impedimento técnico, jurídico, político o económico para armar la opción de una tercera cadena, y en el reforzamiento de los canales 11 y 22 del Estado otra cuarta y hasta una quinta. Esperemos que la intimidación no impida el valor, la visión, la pasión y el amor por México que se necesita para este reto.

Profesor de la FCPyS de la UNAM

FMI Y MÉXICO

Para ser miembro distinguido de organismos internacionales, México gasta alrededor de 10 mil mdd anuales
Gerardo Flores
Miércoles, 20 de diciembre de 2006

Sin duda, el del FMI es el caso más destacado, pues se lleva más de cuatro mil millones de dólares.


El gobierno mexicano gasta alrededor de 10 mil millones de dólares anuales por concepto de cuotas para pertenecer a una decena de organismos financieros y comerciales, entre los que destacan el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entre otros.

Las prerrogativas por erogar esa suma, de la cual el FMI se lleva más de cuatro mil millones de dólares, radican en la posibilidad de solicitar préstamos, tener voz y voto en las juntas ejecutivas de los organismos o simplemente quedar como parte de un grupo de naciones cooperadoras.

De acuerdo con los reportes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y del Banco de México, hasta el año pasado nuestro país desembolsaba siete mil 815 millones de dólares por concepto de cuotas sólo a los organismos financieros internacionales, entre los que resaltan también el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Pagos Internacionales (BIS).

A estos casi ocho mil millones de dólares se deben agregar los dos mil 200 millones de euros que se pagan a la OCDE, cada dos años, para ser miembro activo del organismo comercial.

La cantidad total que gasta México para mantenerse como miembro del FMI, la OCDE, el BID y el BIS, sin contar las aportaciones a la ONU y la OEA, representa más del 1.2 por ciento del Producto Interno Bruto, el 10 por ciento de la deuda total, una sexta parte de las reservas internacionales del país, y 20 veces más que el gasto de los diputados previsto para 2007.

De acuerdo con la Secretaría de Economía, nuestra nación pagaba hasta 2005, dos mil 200 millones de euros cada bienio para pertenecer a la OCDE, lo que equivale a unos 25 mil millones de pesos.

El pago de cuotas por unos 100 mil millones de pesos cada año, no contabiliza las erogaciones de México por pertenecer a la Organización Mundial de Comercio (OMC), ni la aportación que se hace en especie desde hace más de 30 años (en este caso petróleo), como país firmante del llamado Pacto de San José.

Sin duda, el del FMI es el caso más llamativo de tan tremendo volumen de cuotas erogadas por México, pues el organismo aprobó en su reunión de Singapur, en septiembre pasado, un incremento de las cuotas para México, China, Corea y Turquía.

Con esta aprobación, se inició el proceso de reformas más importante del organismo en los últimos 60 años, cuyo objetivo es fortalecer y salvaguardar su efectividad y credibilidad en el sistema financiero mundial.

De acuerdo con los expertos financieros, la estabilidad del valor del PIB a precios de mercado en los últimos tres años, de los flujos financieros y de las reservas internacionales acumuladas, así como el grado de apertura de las economías, determinaron el aumento de las cuotas.

Con la elección de México, su participación pasa de 1.20 a 1.44 por ciento de los votos, pero no se modifica la composición del grupo al que pertenece ni la forma de compartir la silla con España y Venezuela.

En la reunión que sostuvieron el Banco Mundial y el FMI en Singapur, el exsecretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, subrayó que "independientemente del fondo de la reforma, para México es una distinción importante porque incluye el tamaño de la economía, el grado de integración y apertura al comercio global, la reducción de la volatilidad y el monto de las reservas internacionales". El aumento, ratificado por el Senado de la República, pues se trata de un convenio internacional, no implica utilización de recursos presupuestales, porque se toman de la canasta de la reserva internacional.

Gil Díaz señaló entonces: "Prácticamente es un asiento contable, porque el aumento de la cuota para México es resultado de su posición en la economía mundial, y de las políticas económicas mantenidas en el país. "Sólo estos cuatro países calificaron con los criterios establecidos para el proceso y eso distingue a México."

Pero lo que para unos es motivo de orgullo y satisfacción, para otros sólo significa una manipulación del organismo para fortalecer sus finanzas y tratar de mantener dentro del organismo a algunas naciones que ya se quieren salir o incluso formar otro Fondo Monetario.