La Cuarta Republica

Correo politico, economico y literario de Monterrey

viernes, diciembre 08, 2006

La vida Examninada

LA VIDA EXAMINADA



I
La derrota del PRI en la elección federal del 2000 no sólo puso fin al sistema de predominancia de un solo partido en la vida pública de México, sino también al régimen presidencialista. Por desgracia, la desafortunada "administración del cambio" de Vicente Fox se constituyó, por todos sus errores y desaciertos, en un largo período de transición hacia un nuevo régimen que no termina de cuajar y que tiende al incremento de la influencia del Congreso de la Unión, sin llegar, de ninguna manera, a un deseable régimen parlamentario modelo, al menos por ahora y al parecer por un largo tiempo.
De ahí la importancia del juego democrático y parlamentario tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República, en donde, la lógica política indicaría que tras los resultados de los pasados comicios federales, tanto las fracciones del PAN y del PRD deberían ser las que fijarán los derroteros de los debates parlamentarios y, con ello, del destino de la Nación. Sin embargo, en la sui generis "democracia a la mexicana" sucede que ni la primera ni la segunda fuerza política del país dominan o cuando menos son las más influyentes en el Congreso de la Unión, sino la vieja estirpe de mañosos políticos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que impone condiciones, tiempos y modos de sacar adelante el trabajo legislativo, que es de suma importancia para el ejercicio del gobierno de Felipe Calderón. Pero, ¿esto es solo obra de los políticos? Definitivamente no, los ciudadanos de esta tercera republica ( republica simulada) son mas responsables que incluso los políticos, ellos decidieron cuantos votos tendría la vieja estirpe de mañosos políticos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), luego entonces pagaremos unos y otros las culpas de los pecados cometidos. Quisieron muchos mexicanos caminar por el centro y entonces la sentencia: “no eres frió ni caliente, por tanto te vomitare de mi boca”

II
Reformas pendientes: reformas electoral, al poder legislativo, del federalismo hacendario, la energética, la presupuestaria, de telecomunicaciones, de pensiones y de seguridad y justicia penal…


III
El diputado priísta Jesús Ramírez Stabros, presentó una iniciativa para modificar diversas disposiciones de la Constitución Política, en las que se propone la transformación del régimen de gobierno actual, "caracterizado por la preponderancia del Presidente de la República", a otro "que responda a las exigencias de una nueva configuración y distribución del poder, cuyo rasgo principal es la división del Poder Ejecutivo en dos instancias unipersonales, un Jefe de Estado elegido, por el voto popular, y un Jefe de Gobierno, surgido del partido o coalición con mayoría en el Congreso".
El PRI propone además la inclusión de los procedimientos de participación ciudadana de iniciativa popular, referéndum y referéndum constitucional, "los cuales configuran una renovada y ampliada esfera de derechos políticos a favor del depositario primigenio de la soberanía", según establece la iniciativa que fue remitida a la Comisión de Puntos Constitucionales.


IV
Durante los últimos 25 años de política neoliberal, los trabajadores mexicanos han perdido alrededor del 80 por ciento de su poder adquisitivo,

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) Respecto de las remuneraciones, plantea que el salario mínimo real de la región aumentó 4.7 por ciento, lo que se explica porque la mayoría de los países registraron incrementos importantes, como Uruguay, donde se elevaron 17.2 por ciento; Brasil, con 13.0; Argentina, 12.4 y República Bolivariana de Venezuela, 12.2 por ciento. En México el incremento real apenas rebasó 1 por ciento, por lo que no figura.
Sobre México, la OIT establece que a pesar de que ha registrado un crecimiento económico cercano a 5 por ciento, los salarios apenas se elevaron en promedio 0.9 por ciento, y añade que entre 2000 y 2006 el desempleo abierto pasó de 3.4 a 4.6 por ciento; la tasa de jóvenes sin trabajo se elevó de 5.3 a 9.5 puntos porcentuales; creció desmedidamente la economía informal y sólo uno de tres mexicanos cuenta con seguridad pensionaria.





V

“Cuando los tambores hablan, las leyes callan”.
Marco Tulio Cicerón


VI
Algunas personas son tan falsas
que ya no son conscientes de que
piensan justamente lo contrario de
lo que dicen". Marcel Aymé
El Nigromante

La Cuarta Republica

Lorenzo Meyer México,
un 'complejo activado'


nota original:

Como en química, en política, un proceso de cambio que pierde fuerza antes de llegar a su conclusión no se estaciona sino que tiende a la regresión
Procesos inconclusos

En química, cuando se decide transformar dos o más substancias mediante una reacción, se procede a desatar un proceso que da por resultado algo que se conoce como "complejo activado", cuya naturaleza es altamente inestable y que, de no contar con la energía necesaria para llevar hasta su conclusión el proceso deseado, éste no se sostiene por mucho tiempo sino que sus componentes tienden a revertir a su estado original.

Algo similar a lo que pasa al interior de un complejo activado puede ocurrir en las transiciones políticas a la democracia pues, una vez detonado el proceso de conversión, éste debe contar con la energía política y social necesarias para no detenerse antes de lograr plenamente su meta: la consolidación de la nueva forma política. Si esta transformación pierde fuerza y se estaciona en algún punto intermedio, la consecuencia es una situación altamente inestable con tendencias regresivas al estado original, al autoritarismo.

En el caso mexicano, el actual proceso de transformación política se inició hace decenios pero se aceleró con los triunfos electorales de la oposición en 1997 y, sobre todo, en el 2000, que acabaron con el añejo presidencialismo autoritario del PRI. Sin embargo, la deficiente conducción del siguiente gran proceso electoral, el del 2006, impidió mantener la firmeza y, sobre todo, el rumbo del cambio.

Es verdad que hoy el viejo autoritarismo priista ya no existe, pero también es verdad que tampoco existe una democracia de calidad ni, menos, consolidada. Lo que tenemos es algo aún indeterminado, que si bien contiene elementos de la promesa democrática también mantiene vigentes muchos de los elementos y prácticas del antiguo régimen. El resultado es un auténtico "complejo inestable" como se ha visto con los conflictos y polarización que han resultado del último proceso electoral, al que un 39 por ciento de la población considera fraudulento y un 10 por ciento más simplemente se niega a calificarlo de algún modo (El Universal, 4 de septiembre).

El 1o. de diciembre, un comentarista británico, examinando la triste escena mexicana, formuló un juicio lapidario: el nuestro es un país que sistemáticamente underperforms; es decir, que arroja resultados por debajo de sus posibilidades. La crítica es dura pero no inexacta y se puede aplicar lo mismo al presente que al pasado. Desde su independencia, México ha desaprovechado muchas oportunidades. En el 2006, de haber habido voluntad, honestidad e inteligencia, se hubiera podido avanzar hasta casi consolidar la transición política, pero finalmente sucedió otra cosa.



Buen principio

En el año 2000 no fue la izquierda sino el panismo quien finalmente logró derribar la última muralla que defendía el corazón del sistema autoritario más longevo del siglo XX. Por eso fue el panismo quien asumió la gran responsabilidad de iniciar el proceso de consolidación democrática. Pocos supusieron entonces que el nuevo liderazgo no iba a cumplir a cabalidad con el mandato histórico y que antepondría sus intereses de partido y de clase a su obligación moral de afianzar las bases de un cambio sólido. Dentro y fuera de México se dio por sentado que de ahí en adelante se usaría a la alternancia para dar consistencia al nuevo régimen y que el grueso de la energía se dirigiría no a neutralizar a la oposición de izquierda sino a reconstruir las estructuras económicas, legales, sociales y culturales, todas hechura del viejo y deslegitimado régimen priista. Sin embargo, no fue el caso.



Lo que pudo ser y no fue

Una vez que el nuevo equipo se acomodó en la Presidencia, anunció numerosas reformas. Sin embargo, una combinación de impericia, resistencias y falta de voluntad, hizo perder el impulso al cambio. Debió ser en algún momento del 2002 o del 2003, cuando los flamantes ocupantes de "Los Pinos" decidieron que su verdadero proyecto transexenal no debía ser el cambio sustantivo sino que los esfuerzos del gobierno en unión de algunos de los poderes de facto, deberían dirigirse a algo más factible y redituable a nivel personal, de grupo e ideológico: a impedir la alternancia misma y a preservar el poder del gobierno federal dentro del círculo panista (y de sus numerosos aliados priistas) y, sobre todo, de los grandes intereses económicos que simpatizaban y sostenían a dicho círculo.

En México y en términos numéricos las bases sociales naturales de la derecha -los sectores medios- son relativamente raquíticas y para 2003 la izquierda ya había logrado una penetración significativa entre las mayorías pobres, justamente por eso había una alta probabilidad de que en el 2006 las urnas le dieran la responsabilidad de dirigir la siguiente etapa sexenal a la izquierda. Un cambio de esa naturaleza hubiera desplazado temporalmente al PAN de los puestos de la alta burocracia federal, pero difícilmente hubiera puesto en peligro los intereses centrales y de largo plazo del gran capital nacional y extranjero, de la Iglesia Católica o de la clase media, como ha quedado claro en casos como los de Chile, Brasil o Uruguay. Y es que, finalmente, el sistema económico mundial imperante sólo permite adecuaciones pero de ninguna manera un cambio del modelo económico.

Una derecha realmente moderna, no monopólica y con confianza en sí misma y en su visión del mundo, no tendría por qué temer a un posible triunfo electoral de la izquierda y, en cambio, sí hubiera sabido usar esa coyuntura para solidificar el compromiso de la izquierda y de las mayorías populares con las instituciones de la "democracia burguesa". Una derecha inteligente y con visión "de largo plazo", hubiera sabido sacar provecho del juego de las elecciones efectivas, pues finalmente la incertidumbre inherente al juego electoral está más que compensada por la certidumbre que da el lograr que las mayorías pobres acepten la legitimidad de las reglas legales de un capitalismo efectivo. De haber habido en México un conservadurismo ilustrado, posiblemente no hubiera habido la clase de problemas políticos que hoy dominan la escena mexicana porque el IFE hubiera sido efectivamente imparcial y el Presidente o el Consejo Coordinador Empresarial no hubieran actuado de la manera descaradamente partidista en que lo hicieron. Finalmente, si en la campaña electoral del 2006 no se hubiera recurrido a la creación de una atmósfera de miedo ni se hubiera calificado al opositor de un "peligro para México" y se hubiera aceptado el recuento por ser un resultado muy cerrado, hoy no tendríamos una oposición agraviada e intransigente.

Una derecha que realmente confiara en su sociedad, hubiera visto con cierto alivio que la izquierda relevara al PAN en la conducción del país y se enfrentara a la dificultad de hacer realidad su propio discurso opositor. Por otra parte, para esa izquierda el triunfo en las urnas hubiera sido ganar "la rifa del tigre", pues no es otra cosa el gobernar un país con casi la mitad de su población clasificada como pobre, con una economía que lleva ya 23 años de no poder superar un crecimiento real cuyo promedio anual es de apenas 0.7 por ciento, con una demanda insatisfecha de empleo que se refleja parcialmente en la explosión del mercado informal y la migración hacia Estados Unidos. Ese tigre es el combate a una corrupción endémica, a un crimen organizado en ascenso y a una serie de redes de narcotraficantes que una y otra vez ha derrotado al gobierno. Tarea de Hércules es lograr fortalecer un fisco que apenas si consigue recaudar el 11 por ciento del PIB y que, por tanto, tiene que extraer recursos de Pemex al punto que está llevando a la muerte a la gallina de los huevos de oro. Igualmente difícil es tener que enfrentar a los grandes monopolios que el Banco Mundial responsabiliza de la pobreza, la mala distribución del ingreso y de la falta de competitividad global de México. Si esa derecha inteligente hubiera existido, no se habrían cargado de manera tan evidente los dados electorales y se hubiera acelerado el cambio para asegurar la lealtad de los menos beneficiados a las instituciones y a las reglas donde finalmente el gran capital tiene enormes ventajas estructurales.



¿Catalizador?

En el 2006 finalmente no se consolidó el círculo virtuoso democrático que estaba ya al alcance. En química, cuando un proceso de cambio pierde energía, se puede introducir un catalizador para que el "complejo activado" no experimente una regresión. Hoy por hoy, el único catalizador político posible en México es la propia sociedad, que tendría que acentuar su movilización y dejar en claro su rechazo a la baja calidad del proceso imperante y a los retrocesos políticos que ya se han dado al concluir el primer gobierno de la era postpriista.

Salarios En México.

La Cuarta Republica


El panorama laboral de la región de 2006 difundido por la OIT fue poco halagüeño
Crecen desempleo y desigualdad en la distribución del ingreso en AL

Los aumentos de percepciones en Argentina y Venezuela llegaron a 15 y 12%; México, 1%


PATRICIA MUÑOZ RIOS


La Organización Internacional del Trabajo (OIT) difundió ayer el Panorama Laboral 2006 de América Latina y el Caribe, en el que señala que hay al menos 17.5 millones de desempleados en la región; se registra un fuerte incremento de la economía informal, y pese al crecimiento del producto interno bruto (PIB) persiste la desigualdad en la distribución del ingreso en esta zona, pues no hay avances en el combate a la pobreza.
Sobre México, la OIT establece que a pesar de que ha registrado un crecimiento económico cercano a 5 por ciento, los salarios apenas se elevaron en promedio 0.9 por ciento, y añade que entre 2000 y 2006 el desempleo abierto pasó de 3.4 a 4.6 por ciento; la tasa de jóvenes sin trabajo se elevó de 5.3 a 9.5 puntos porcentuales; creció desmedidamente la economía informal y sólo uno de tres mexicanos cuenta con seguridad pensionaria.
El documento señala que en este año en América Latina se tuvieron avances no espectaculares pero importantes, como lo es el crecimiento económico global de la región, sin embargo, esta situación no se reflejó en la creación de más trabajo "decente", es decir, bien remunerado y en buenas condiciones. Además, la organización considera que todavía está lejana la meta de bienestar y equidad en la zona.
Indica en su informe que la brecha entre ricos y pobres sigue constituyendo uno de los problemas apremiantes en América Latina y el Caribe, ya que esta es la región del mundo con mayor desigualdad del ingreso, y aunque se han adoptado distintos modelos de desarrollo en décadas pasadas, la región no ha logrado disminuir de manera significativa la "extrema pobreza", lo que "frustra las esperanzas que tienen millones de personas de lograr condiciones de vida más dignas e hipoteca las posibilidades de generaciones futuras".
Al hacer las proyecciones del desempleo urbano para el presente y el próximo año, señala que éste la mayoría de las economías tuvieron un buen desempeño, porque el PIB de la región creció 5 por ciento en promedio. Sin embargo, vaticina que para 2007, el desempeño económico mundial se desacelerará levemente, lo que provocará en casi todos los países que no podrá reducirse el desempleo, el cual se estima que alcanzará una tasa global de 8.8 por ciento el próximo año.
En este contexto, se requerirá un esfuerzo renovado en la zona para superar las brechas del trabajo bien remunerado. "Hay un consenso generalizado en el sentido de que las metas de desarrollo del Milenio de Naciones Unidas, particularmente las referidas a la reducción de la indigencia hacia el 2015, sólo serán posibles si las economías logran generar trabajo decente para las mayorías y especialmente para los grupos más pobres de la población", según la OIT.
Respecto de las remuneraciones, plantea que el salario mínimo real de la región aumentó 4.7 por ciento, lo que se explica porque la mayoría de los países registraron incrementos importantes, como Uruguay, donde se elevaron 17.2 por ciento; Brasil, con 13.0; Argentina, 12.4 y República Bolivariana de Venezuela, 12.2 por ciento. En México el incremento real apenas rebasó 1 por ciento, por lo que no figura.
En cuanto a los salarios industriales comenta que en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Uruguay y Venezuela éstos se incrementaron en promedio 3.9 por ciento, mientras los mayores aumentos se dieron en Ecuador, 18.1; Argentina, 15.4 y Venezuela, 12.8, ya que este país aprovechó los mayores precios del petróleo para mejorar su estructura salarial.
Jóvenes mexicanos: mínima oportunidad laboral
La información también refiere el comportamiento de la mano de obra según el sexo. Indica que el buen desempeño económico sigue impulsando mejoras del mercado laboral, pero no subsanó las brechas por sexo y por edad. Esto es porque, en promedio, el desempleo es 1.5 por ciento mayor entre las mujeres de la región que entre los hombres, y además hay una tasa mayor de jóvenes sin trabajo.
En el caso específico de México, la tasa de desempleo entre los jóvenes es de casi el doble, ya que entre personas que tienen menos de 19 años el porcentaje llega a 9.5; mientras que alcanza el 7.4 por ciento entre los que cuyas edades oscilan entre los 20 y los 24 años, pero en los adultos la tasa de los que carecen de trabajo es de 4.5 por ciento.
Indica además que en México la economía informal avanzó a 42.6 por ciento de la actividad productiva, y hace hincapié en que a pesar de que en nuestro país el PIB creció 5.1 por ciento, los salarios crecieron tan sólo en promedio en 0.9 por ciento en términos reales.
Concluye la OIT que problemas estructurales de la región, como la desigualdad en la distribución del ingreso, reprsenta un obstáculo para poder cumplir la Meta del Milenio de Naciones Unidas, la cual consiste en erradicar la pobreza hacia el año 2015 en América Latina y el Caribe.