La Cuarta Republica

Correo politico, economico y literario de Monterrey

jueves, octubre 19, 2006

estricramente personal

Estrictamente personalRaymundo Riva Palacio18 de octubre de 2006

Huele a Salinas

La incorporación de Agustín Carstens al equipo de Felipe Calderón es una muy mala noticia para los monopolios mexicanos
Durante la campaña presidencial, Carlos Salinas se quedó corto en sus deseos. Andrés Manuel López Obrador le incomodaba porque pensaba que no dejaría de perseguirlo, aun si fuera mediáticamente y con fines de táctica política. De Roberto Madrazo, que le había perdido la confianza, pensaba que si llegaba a ganar una elección cerrada, una forma que podría usar para legitimarse era persiguiéndolo. Prefería a Felipe Calderón, quien -alegaba- estaba tan lejos de él que ni siquiera formaba parte de su agenda. Quién pensaría que hoy, a mes y medio de que asuma la Presidencia, Calderón empieza a dar señales concretas que el rumbo que seguirá no será el continuismo de la administración de Vicente Fox, sino la recuperación del camino que inició el entonces presidente Salinas y quedó truncado durante el sexenio de Ernesto Zedillo.
La designación de Agustín Carstens como el responsable de la agenda económica del presidente electo Calderón, que será la base de su mapa de navegación en la materia, es la señal. Carstens, aunque trabajó en este sexenio como subsecretario de Hacienda bajo la dirección de Francisco Gil y llega desembarcado de Washington, donde era vicepresidente del Fondo Monetario Internacional, realmente tiene su principal inspiración en Pedro Aspe, quien fue el encargado del despacho durante el sexenio de Salinas. Pese a formar parte todos ellos de la tecnocracia, no todos los tecnócratas son iguales, pues tienen énfasis diferentes. Carstens, demostrando la tesis, anticipa: una de las principales tareas será la desregulación. Esta línea ideológica es sustantiva.
La desregulación era la segunda parte que faltó por echar a andar en el gobierno de Salinas para poder profundizar la globalización de México. No le dio tiempo en el sexenio. Zedillo, que no era ni un hombre cercano a él ni su candidato tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio -él quería a Francisco Rojas, en ese entonces director de Pemex-, fue impuesto por el superasesor presidencial José Córdoba, quien aprovechó la coyuntura y la confusión para sacar adelante a su protegido en la candidatura de relevo. Zedillo no sólo usó a la familia Salinas para tender cortinas de humo que aplacaran los ánimos por la devaluación del "error de diciembre", sino optó por una ruta económica diferente. Frenó la regulación y fomentó monopolios, como Telmex, una empresa estatal que Salinas le entregó a Slim, pero que Zedillo protegió para convertirla en una telefónica que tiene de rehenes a los consumidores.
Si Carstens es confirmado como secretario de Hacienda cuando Calderón anuncie su gabinete, las fichas del poder en México se van a mover. Slim es el emblema de los enemigos de la desregulación. Durante años ha logrado evitar la apertura en el sector de las telecomunicaciones, lo que no le causó pocos conflictos, como uno público que mantiene hasta hoy en día con el secretario de Hacienda, pero nunca hasta ahora, como se están trazando las líneas de acción, se había planteado ese proceso como uno de los torales de la política económica calderonista. Slim lo sabía con seguridad, pues Carstens, cuyo pensamiento no es nuevo, siempre figuró en el lugar número uno para secretario de Hacienda en el equipo de Calderón. De hecho, el temor a la desregulación es uno de los argumentos centrales que adjudican en el gobierno federal y en el equipo del presidente electo para que Slim financiara parte del megaplantón postelectoral de López Obrador en la ciudad de México, tras la derrota de su candidato.
La idea, sostienen, era la de debilitar a Calderón y que no tuviera la fuerza para realizar reformas en el sector de las telecomunicaciones. En paralelo, comenzó a trabajar con un grupo en torno a la posibilidad de que, ante la crisis política que se vivía -se tenía como uno de los escenarios la anulación de la elección presidencial-, impusieran un presidente interino. Altos funcionarios federales aseguran que el diseño del interino se trabajó en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, encabezado por Diego Valadés, quien no terminó del todo bien con Salinas, y que pertenecía al grupo político del infortunado José Francisco Ruiz Massieu -por cuyo asesinato se culpó y luego exoneró a Raúl Salinas- y muy cercano a Manuel Camacho, el principal ideólogo del conflicto en la estrategia de López Obrador. La presunta participación de la UNAM y la cercanía del rector Juan Ramón de la Fuente con López Obrador, hicieron ver que éste, que fue secretario de Salud en el gobierno de Zedillo, podía ser la figura emergente del interino. No era así, pues no le veían el tamaño. Para el cargo pensaron en el ombudsman José Luis Soberanes, y en el ex presidente consejero del IFE José Woldenberg.
Slim es la figura paradigmática de afianzamiento de la regulación, punto neurálgico del enfrentamiento de Salinas y Zedillo. Salinas y quienes comparten su visión globalizada de la economía -Estados Unidos y Gran Bretaña dentro de las naciones industriales, por ejemplo- veían que el avance de México no se había logrado con Zedillo, porque la frenó, ni con Fox, porque nunca entendió de qué se trataba el modelo. La llegada de Carstens son buenas noticias para Salinas y su viejo proyecto de nación. De igual manera se podría plantear que es una especie de justicia poética para su modelo económico, cuya disputa provocó el quiebre dentro de la tecnoburocracia priísta en 1994 y la ruptura de los acuerdos que el sistema político había construido desde 1928.
Esto no significa, sin embargo, que Salinas regresa al poder detrás de Calderón. Carstens está pero no Aspe, por ejemplo, quien quedó vacunado cuando el presidente electo Fox le respondió a gritos sus sugerencias, por petición de él mismo, de lo que debía hacer en sus primeros 100 días de gobierno. Otro pupilo de Aspe, Luis Téllez, quien fue subsecretario de Agricultura en el gobierno de Salinas y figura central en el de Zedillo, sí está cerca de Calderón, le pidió una secretaría de Estado y forma parte de la lógica de la desregulación. Téllez es promotor de abrir la inversión extranjera en el sector energético, donde también se encuentra involucrado Córdoba, que aunque distanciado con Salinas tras el asesinato de Colosio, comparte la visión del mundo, y que se encuentra cercano a Calderón, por proximidad, a través de Ulises Beltrán, responsable de opinión pública en Los Pinos de Salinas y Zedillo y estratega del presidente electo.
Lo que sí significa este olor a Salinas en el proyecto económico de Calderón es el principio al regreso de la globalización empantanada durante 12 años, puesta en pausa por Zedillo, incomprendida por Fox, amenazada por un modelo regulador que iba a implantar López Obrador. Este es el verdadero fondo de la lucha ideológica que se vive en México, no resuelto aún de ninguna manera, y que dibuja batallas políticamente cruentas por venir.
rriva@eluniversal.com.mx
r_rivapalacio@yahoo.com

opinion mexico

Opinión México
El imperio moviliza a sus reaccionarios en América Latina.
Por: Julio Pomar .
(especial para ARGENPRESS.info).(Fecha publicación:18/10/2006).Se ha movilizado el imperio. Ello sucede tras los avances que las fuerzas progresistas de América Latina comenzaron a cosechar, debido al descrédito del esquema neoliberal de la economía, empobrecedor de mayorías y enriquecedor de minorías plutocráticas. Brasil con Lula, Argentina con Kirchner, Uruguay con Tabaré, Bolivia con Evo Morales, incluso Chile con Bachelet, y sobre todo Hugo Chávez en Venezuela con sus reconfirmados triunfos electorales, hicieron ver en Washington que esta acción popular era algo importante y “peligroso”. Entonces fue que pusieron en movimiento a los intereses y grupos nativos del conservadurismo y la reacción en contra de ese “peligro”. No dejaron de provocarle iguales preocupaciones a la Casa Blanca las recientes contiendas en México con López Obrador, en Perú con Ollanta Humala y ahora en Ecuador con Rafael Correa, donde la especie del “peligro” fue la tónica mediática de las derechas.El hecho de que en todos estos años no hayan podido tirar a Hugo Chávez del poder en Venezuela ni a Fidel Castro en Cuba, es otro elemento de gran encono en esta embestida norteamericana, que ahora se disfraza con los ropajes de la democracia formal y por lo pronto no recurre a las invasiones con marines y swats, aunque sí amedrenta en la ONU para que Venezuela no obtenga un sitio en el Consejo de Seguridad. Pero el contenido del disfraz “democrático” es lo mismo: el dominio de las trasnacionales sobre nuestros países, para lo cual refuerzan su apoyo a los grandes ricos y capitales nativos coaligados en esta santa alianza neoliberal. Ya no hay el pretexto de la “lucha contra el comunismo internacional”, desaparecido el llamado campo socialista. Así que este intento imperial se disfraza de lucha contra el “populismo”, la indisciplina fiscal, la irresponsabilidad económica y el desorden político y social. Pero se refuerzan los preceptos de Williamson en el “Consenso” de Washington (¿consenso de cuántos más allá de los personeros imperiales?) actualizado en 1992, para menoscabar las soberanías en la región y para congelar salarios e ingresos populares, a cambio de pusilánimes limosnas a través de programas asistencialistas que no dan por resultado sino el empobrecimiento general y la emigración de trabajadores.Nada de lo que ocurre en la región es ajeno a esta pretensión de recurrente dominio trasnacional.Y ya se ve que igual que lo hicieron en México, trucando la elección a favor de Felipe Calderón y robándosela a López Obrador, están intentándolo en Ecuador, lo hicieron en Perú y lo pretenden contra Lula en la segunda vuelta brasileña. Y dice Condoleeza que Washington igual trata con un gobierno de derecha o de centro que con uno de izquierda. Lo cual es un simple sarcasmo producto de la mala saña.Pudiera decirse que ante las voces de pánico de las oligarquías locales contra el ascenso popular latinoamericano de estos años, por fin Washington decidió mover sus apoyos a favor de las derechas tanto las minoritarias sociales (los ricos) cuanto las ideológicas.Es toda una contrarrevolución en marcha, apoyada ahora en el marketing político y en el uso masivo de los medios de comunicación social, que en América Latina siempre han sido dependientes de las matrices mediáticas norteamericanas. Por eso, más que los errores políticos de las fuerzas sociales y de izquierda, los que han sido eficaces son los vastos recursos y esfuerzos imperial-oligárquico-nativos, para enfrentar la insurgencia popular contra el neoliberalismo y el dominio norteamericano, aunque también el europeo, aunque en menor proporción, no menos lesiva.En México mismo, los recientes resultados electorales de Tabasco, la tierra de López Obrador, son muestra de lo mismo: abuso en “guerras sucias” por los medios masivos locales, donde inclusive una interpelación perredista directa al gobernador madracista Manuel Andrade se quiere interpretar xenofóbica y desfachatadamente como un “atentado” a periodistas locales ejecutado por chilangos izquieristas del DF. Ni los plutócratas nativos ni los plutócratas trasnacionales quieren que aflore la mínima reacción de soberanía o política popular en nuestros países. Acuden, pues, a las más groseras mentiras, como la anterior y la de haber inventado que López Obrador y Hugo Chávez estaban en una confabulación ¡para el abastecimiento de armas del segundo al primero!Es, pues, la recontrarrevolución contra los pueblos. Y si no se quiere entender esto, mírese cómo el presidente designado, Calderón, ya nombró a su próximo secretario de Hacienda, Agustín Carstens, que ya abandonó su cargo de tercer ejecutivo en la jerarquía del Fondo Monetario Internacional para incorporarse al equipo “de transición”. Obvio es que vendrá a México como enviado del FMI, con la línea de privatizar los recursos energéticos (petróleo y electricidad) y a poner en mayor congelación los salarios e ingresos populares. Pues la cabra tira al monte, aunque sea obesa. O sea, Calderón empieza por tomar una decisión a favor de los intereses trasnacionales, cuando aún no asume formalmente las funciones de presidente designado. Y eso anuncia elocuentemente lo que pretenderá hacer, pese a sus patrioteros rasgamientos de vestiduras.

ligas Democraticas

A continuación la liga que envió a El Justo Reclamo, LectordePolítica:http://lectordeblogsporlademocracia.blogspot.com/

En este espacio se encuentra un listado basto de los blogs por la democracia, que sin duda es asombroso, y aprovechamos para agradecer el encomiable esfuerzo de su autor.

lecturas

parte del texto del libro
'De Diaz a Madero. Origenes y estallido de la revolucion mexicana', de Friedrich Katz (version corregida y aumentada del primer capitulo del libro La guerra secreta de Mexico, Ediciones Era, 2004),
el cual recomiendo ampliamente a los participantes del movimiento de Lopez Obrador.

".., en visperas de un movimiento revolucionario ciertas condiciones comunes tienden a presentarse... tiene que existir un muy difundido descontento ante las condiciones politicas, economicas y sociales, que afecten, no solo a un sector o clase de la poblacion, sino a una amplia variedad de clases y grupos sociales. Tal era el caso en 1910.Otra precondicion para la revolucion es una amplia politizacion del pueblo. ..., y la campaña de Madero politizo a cientos de miles de personas.Una tercera precondicion de la revolucion es que un numero creciente de personas tengan la impresion de la ilegitimidad del gobierno existente. ... La manipulacion que hizo Diaz de las elecciones de 1910 fue tan flagrante que gran parte del pais se convencio de que su gobierno carecia de legitimidad.Una cuarta y decisiva precondicion que puede transformar un levantamiento en una revolucion es la aparicion de una clara alternativa al regimen existente. En 1910, Madero fue considerado como esa alternativa por la mayoria de la poblacion de Mexico.Sin embargo, otra precondicion para que se produzca una revolucion que es frecuentemente citada, la percepcion de que el gobierno es debil e indeciso, parecia ausente en el Mexico de 1910,...El unico movimiento revolucionario que lo rompio, que puso al descubierto la debilidad del gobierno y que, por fin, desencadeno rebeliones en todo Mexico tuvo su centro en el estado de Chihuahua.... Durante varios meses, los chihuahuenses, con muy escaso apoyo fuera del estado, mantuvieron a raya a la elite del ejercito federal y demostraron con ello la genuina debilidad del regimen de Diaz.

"Surge la pregunta: ¿en que año vivimos: 1910 o 2006? ¿Madero <--> AMLO? ¿Chihuahua <--> Oaxaca?