La Cuarta Republica

Correo politico, economico y literario de Monterrey

martes, febrero 20, 2007

PAPEL Y TINTA

El objetivo número uno de los políticos, sin apartarse ni por un segundo del mismo, es la lucha por el poder. Los intereses de la sociedad o del país, están a fortiori, para ellos, en segundo plano. Se ocupan de los mismos (los intereses de la sociedad) en la medida que sirven a su causa (la obtención del poder). Una acción beneficiosa para la sociedad no será asunto de un político, si no le allega ganancias políticas, acercamiento a los espacios de mayor poder; el mayor de todos, la Presidencia de la República. No perdamos el principio de realidad.

Continuando en este camino de la realidad, concientes que el político solo aspira al poder por el poder, sin importar las necesidades de su elector ya que solo realizara acciones a favor del ciudadano si le conviene a su único interés que es el poder. Por lo tanto no queda otra forma de control que la conciencia de realidad de la sociedad, que es la única capaz de autorregularse para poder sobrevivir. Y siendo que el individuo es la célula de acción; este debe de contar con la información necesaria de los conceptos que le darán las herramientas para formarse un pensamiento critico acerca de los que ejercen el poder. De ahí que la escritura y lectura critica es lo que formara la conciencia nacional. La televisión y la radio no, pues ellos toman el papel de tutores de nuestra conciencia, decidiendo por nosotros lo que nosotros tenemos que ver y escuchar para formar nuestro pensamiento critico, el cual definitivamente solo conviene a sus intereses y no a los intereses de la colectividad.

Por lo anterior no es extraño que los economistas graduados en EE UU, que han guiado en nuestra economía los últimos 25 años, no estén interesados en la industria editorial, no les interesa. Por ejemplo Jaime Serra Puche decía que “la cultura no nos interesa” o Herminio Blanco “la mejor política industrial es no tener política industrial”, la mejor política del libro es no tener política del libro pues eso ayuda a no formar ciudadanos críticos. Y los gobiernos de Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, neoliberales o no, lo que menos les conviene es una sociedad critica. Por eso no le apuestan a la lectura, por eso crean mega bibliotecas para unos cuantos, los demás no cuentan para sus intereses, por eso merman el apoyo a las escuelas de filosofía y en lo oscuro planean desaparecerlas.

El panorama de los libros de texto que se utilizan en México para enseñar filosofía es ''muy desalentador", considera Gustavo Ortiz Millán, secretario académico del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Se piensa, por ejemplo, que un filósofo no puede aportar nada productivo a la sociedad.
¿Qué le pasaría a Nuevo León y a México si dejaran de existir los filósofos? Por cierto un bien escaso.
Se extinguiría parte del pensamiento crítico que debe tener un país. ‘‘La sociedad debe de pensar en ciertos problemas, como el tema de la moralidad, asuntos de lógica, sobre todo a la luz del desarrollo de la computación. O temas de filosofía política, filosofía de la religión. Vale la pena pensar en ello, para dar otra luz a estos problemas y los filósofos son, por entrenamiento profesional, los más capacitados para hacerlo.” Y junto a esto una sociedad sedienta de conocimiento, con material suficiente y calidad para lectura y análisis riguroso.

Por lo tanto la única arma que tiene el individuo y la sociedad para defenderse de la rapacidad del político es la conciencia de realidad. La cual solo se alimenta con la lectura y análisis de las diferentes corrientes del pensamiento crítico de nuestra realidad. Luego, solo queda exigir el cumplimiento de lo que a la sociedad en su conjunto le conviene.

Las grandes sociedades, tienen grandes filósofos, las pequeñas sociedades simplemente no tienen filósofos, y si los tienen son pequeños.


job cortes