La Cuarta Republica

Correo politico, economico y literario de Monterrey

jueves, enero 11, 2007

Guadalupe Loaeza

Guadalupe Loaeza.

En la madrugada...

No sé dónde leí que los mexicanos somos muy desvelados, de ahí que suponga que el primer programa titulado La verdad sea dicha haya tenido más rating del que esperaba TV Azteca. Seguramente muchos desvelados y desveladas se encontraban a esas horas de la madrugada zapeando cuando de pronto apareció en su pantalla un personaje que hacía meses no veían en los medios.

Tal vez algunas y algunos de ellos hasta se asustaron y luego luego le cambiaron de canal, pero seguramente hubo muchos televidentes, más de los que se imaginaba la televisora, que se mantuvieron atentos al Canal 13 y escucharon una voz que les resultaba sumamente familiar: "Nos llevó varios meses conseguir este tiempo en la televisión; no es gratis, es pagada. Quisimos que fuera un mejor horario, pero no se pudo; aceptamos (estas condiciones) porque tenemos que romper el cerco informativo".

Sí, allí estaba el líder social, el líder que no se da por vencido y al que muchas y muchos mexicanos reconocen como su "presidente legítimo". Allí estaba sentado a un lado de una mesa de madera color caoba, con una actitud serena y digna. Allí estaba hablando pausadamente, flanqueado con la bandera mexicana y a sus espaldas un enorme grabado en tinta de don Benito Juárez. Allí estaba con su pelo muy blanco, cuyas canas hacían juego con su camisa blanquísima.

Vestido de traje gris oxford, se veía más delgado que de costumbre: "La otra televisión (refiriéndose a Televisa), ni siquiera voy a mencionar su nombre porque no le voy a hacer publicidad, está por entero entregada a la derecha; nada más sacan reportajes, noticias de los hombres del régimen, de los miembros del gobierno usurpador...".

Y al escuchar lo anterior, no ha de haber faltado el televidente memorioso que de repente se acordó de aquella emisión de análisis político de la "otra televisión" que vio a principios del año, cuyos analistas, muy bien vestiditos y como muy contentos, polemizaban sobre el "estilo personal de gobernar del presidente Calderón", como si éste hubiera ganado la Presidencia con el 90 por ciento de los votos.

Ha de haber recordado lo que pensó en esos momentos: "Ya ni la amuelan estos supuestos analistas que ni son politólogos ni nada, sino simples conductores de noticiarios, que hablan del país como si no hubiera pasado nada ni antes ni tampoco después de las elecciones. Ya ni la amuelan porque ya están felicitando las acciones de Calderón cuando no lleva gobernando ni un mes. Claro, es la consigna de la empresa que les paga su cheque, además, qué podrían decir si están frente a su patrón. Ni modo que lo contradigan.

¿Qué no se darán cuenta de que los televidentes nos damos cuenta?
¿Dónde está su ética, su profesionalismo?
¿Por qué a lo largo de todo el programa ninguno de ellos se refirió a un año más de Chiapas sin solución, a la represión que existe en Oaxaca?

No, nada más se refieren al supuesto 'estilo de gobernar de Calderón'.

¿Por qué no habrá otros programas de televisión en donde se nos informe del otro México, el que se quedó colgado de la brocha, por qué a fuerzas nos quieren seguir vendiendo a Foxilandia?", se ha de haber preguntado ese televidente que con avidez se bebía las palabras de López Obrador:

"Ya sería el colmo que a esta hora de la noche quisieran censurarnos, de manera que exijo respeto", seguía diciendo el líder.Supongamos asimismo que algunos corresponsales extranjeros, tal vez no vieron el programa en la tele, dada la hora tan tardía de su trasmisión, pero al otro día entraron a la página www.lopezobrador.org.mx, en la cual pudieron captar y escuchar sin problema los 20 minutos durante los cuales habló Andrés Manuel López Obrador.

¿Qué habrán pensado? Tal vez les llamó la atención el escenario donde se encontraba el líder social, cuya escenografía resultaba muy grata. Una bonita luz que venía de un ventanal cubierto con una cortina de gasa, un espacio agradable en el cual se respiraba un ambiente muy tranquilo.

Seguramente muchos de ellos apreciaron el profesionalismo y el físico muy grato de la actriz Dolores Heredia, quien manifestara que la primera emisión del programa era un "ejercicio de libertad" en el que se tratarán muchos hechos que medios de comunicación y noticiarios "omiten y afectan a las grandes mayorías".

Quizá a algunos de estos corresponsales extranjeros les ha de haber parecido sumamente ridículo el hecho de que el líder social no pudiera expresarse en otros medios y que se viera obligado a hacerlo hasta la madrugada pagando la cantidad de 219 mil pesos más IVA.

No habrá faltado alguno de ellos que se preguntara con qué dinero iría a pagar López Obrador esa cantidad que, aunque pequeña, si realmente su programa se transmitiera semana a semana, representaría un monto ya considerable. Para después descubrir el enigma, ya que al finalizar la emisión leyeron un aviso en donde se solicitaba a los televidentes su cooperación para poder seguir costeándola.

Pero antes de que llegaran al final del programa para confirmar lo anterior, imaginamos que se han de haber reído con los últimos 10 minutos dedicados a una sección muy irónica titulada Noticreas, conducida por "Carlos Loharé de Mole". Acaso algunos de estos corresponsales reconocieron a Jesusa con peluca de calvo y enormes orejas, igualita al ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

Pero estos televidentes se han de haber sentido muy indignados cuando en la primera parte de este noticiario tan sui géneris vieron aparecer un número de denuncias de habitantes de Oaxaca en donde se manifestaban las violaciones hechas por los elementos policiacos.

Claro que después se han de haber reído cuando vieron el fragmento de la entrevista que su "tocayo" Carlos Loret de Mola le hiciera hace poco al flamante secretario de Hacienda, Agustín Carstens, donde reconoce públicamente que en el 2007 habrá una reducción en la generación de puestos de trabajo, a pesar de lo prometido por Calderón.

No, definitivamente, estos corresponsales no han de entender para nada lo que sucede en nuestro país en materia política, porque, por un lado, han de haber encontrado interesante la reaparición de López Obrador a través de un canal de televisión, pero, por el otro, no han de haber comprendido nada cuando se enteraron de que esta misma televisora canceló en varios estados el programa La verdad sea dicha, como en los casos de Nuevo León, Tamaulipas, Tlaxcala y Chihuahua.

"Qué bueno que esto no puede suceder con el internet. Basta con entrar a la página de López Obrador para que la verdad sea dicha...", respecto al otro México, del que no hablan en la otra televisión, acaso pensó alguno de los corresponsales extranjeros curioso de saber si el próximo martes a la 1:00 a. m., efectivamente, seguirá pasando la emisión de líder social.